Recibo muchas consultas de personas que desean escribir un libro “de cero”. Me cuentan que no escriben o que les cuesta sentarse. Lo que me surge espontáneamente es dudar de esa escritura “inexistente”. Mucha gente escribe diarios personales, toma notas de sus ideas o escribe sus reflexiones en las redes y no considera nada de eso como escritura.

Entonces, mi primer consejo es que observes todo lo que escribís durante el día y te preguntes si no tiene algo que ver con tu deseo de escribir un libro. Es importante reconocer lo que ya hacés, aunque lo sientas muy alejado de tu objetivo.

Esto es puro ejercicio de adivinación, generalizando a partir de los casos que conozco. Así que, si tu historia es diferente, ¡bienvenidas las preguntas y los comentarios! Supongamos que querés empezar “de cero” porque:

1) tenés una imagen de escritor/a muy idealizada con la que no te sentís identificado/a.

2) te cuesta encontrar el momento para sentarte.

3) sentís que no tenés las herramientas para hacerlo.

Pues bien: vamos por por partes.

1) Mucha gente tiene imágenes muy hollywoodenses de lo que implica escribir un libro. Un ejemplo es el personaje de Diake Keaton en la película Alguien tiene que ceder: una escritora que, para sobrellevar la angustia de una historia de amor fallida, se va a escribir a su casa en la playa. Y se dedica a llorar y escribir. No hace las compras, no cocina, no trabaja de otra cosa. No hay nada que la interrumpa. ¿Te parece que eso puede ser real? No lo creo. Bueno, salvo que tengamos muchísimo dinero. ¿Eso significa que sólo puedo escribir si soy rica? Para nada. Pero para empezar a verlo como algo posible, necesito reconocer cuál es mi imagen de escritor/a y trabajar con las determinaciones que implica. En el ejemplo aparece la cuestión económica. Pero mi imagen de escritor/a podría ser Bukowski y entonces pensar que solamente puedo escribir si vivo borracho/a. ¿Te animás a hacer un ejercicio? Escribí sobre lo que imaginás que es escribir un libro. Si no se te ocurre por donde empezar, podés hacer una lista de oraciones que empiecen con la frase “Un/a escritor/a es una persona que…” Tratá de ser lo más honesto/a posible. Esta información es muy valiosa para empezar tu proceso.

2) Este es el hit número uno. ¿Te cuento un secreto? A todos/as nos cuesta. Pero no hay mucha vuelta que darle: los libros se escriben con horas-culo. Hay que sentarse sí o sí. Muchas horas, más de las que imaginás. Hace falta resistencia. Y eso puede entrenarse, como si te estuvieras preparando para una maratón. ¿Cómo? Empezando con pasos pequeños que puedan sostenerse en el tiempo. Yo siempre aconsejo arrancar con 5 minutos por día. ¿Te parece poco? Intentalo. Si te resulta fácil, podés escribir 10 minutos. Y luego 15, 20, 25. Siempre aumentando de a 5 minutos. Paso a paso. Imaginate qué pasaría si te presentaras a correr una maratón de 42 km sin haber entrenado antes… Lo mismo pasa con la escritura. Si empezás con una vara muy alta, tenés la frustración asegurada. En cambio, si avanzás paso a paso, tenés muchas más chances de terminar la carrera. ¿Te animás a empezar? En este link vas a encontrar más detalles sobre este ejercicio: https://www.ceciliamaugeri.com.ar/empezar-a-escribir-en-solo-5-minutos/

3) Un error muy común es pensar que, para escribir un libro, hay que tener un arsenal de herramientas literarias. Hay mucha gente que incluso fantasea con hacer la carrera de Letras o Edición pensando que así sí estaría capacitada para hacerlo. La buena noticia es que esto es falso. Yo creo que cada libro nos muestra qué herramientas necesitamos aprender para escribirlo. No requiere las mismas habilidades escribir una novela que un libro de divulgación científica. Y para cada caso, siempre podés pedir ayuda a un/a profesional.

¿Te interesa saber más? Aquí está la segunda parte, publicada en el blog de Letropía.

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